La delgadez no es necesariamente signo de salud. A mí me gusta hablar de peso saludable ligado a un buen tono muscular y óptimo desarrollo de las capacidades cardiopulmonares, de fuerza, elasticidad, equilibrio y coordinación. Por otro lado está la estética, aunque a unos más y a otros menos, está claro que el aspecto es otro factor que importa, y así me lo hacen saber mis clientes a la hora de plantear el objetivo. Diría que estando en buen estado de forma la estética muy probablemente acompañe, porque no hay mayor signo de belleza que la salud y la vitalidad.
Este concepto de bienestar desplaza a un segundo plano el peso. El número que marca la báscula lo tendremos en cuenta, pero no va a definir por sí solo el estado de forma. Es necesario ligarlo a otros datos que nos aporten información sobre la composición corporal, medidas de los contornos y distribución de masa.
Si nos centramos en la composición corporal valoraremos tres componentes: masa muscular, grasa y agua. A simple vista podemos detectar si existe retención de líquidos, un exceso de grasa y en ese caso podremos detectar dónde se localiza, o si por el contrario hay un buen porcentaje de masa magra y tono muscular. Para poner en valor todo esto te recomiendo hagas seguimiento de éstos datos con una báscula específica (bioimpedancia).
Las pérdidas rápidas de peso afectan principalmente al porcentaje de agua, seguido de una pérdida de masa muscular. En consecuencia puede darse efecto rebote, descolgamiento de la piel y un trastorno del metabolismo. Lo que está en nuestra mente cuando hablamos de adelgazar es perder grasa, bajar volumen, aumentar la tonicidad de la piel y modelar las formas, pero para conseguir esto no sirve una dieta milagro.
Hay varios tipo de grasa, vamos a diferenciar grasa visceral y grasa cutánea. La primera es la más peligrosa, recubre los órganos vitales dificultando su funcionamiento. La segunda se encuentra recubriendo los tejidos musculares, es fácilmente reconocible a simple vista, lo solemos llamar "michelín", "cartucheras"... Para eliminarlo es necesario por un lado controlar la alimentación, y por el otro un plan de entrenamiento que incluya actividad cardiovascular y ejercicios específicos de tonificación.
La rutina de tonificación o trabajo con cargas se diseña teniendo en cuanta tus características individuales y objetivo. De no ser así, estarás desperdiciando tus esfuerzos. Días de entrenamiento, días de descanso, distribución de grupos musculares, ejercicios elegidos, repeticiones, cargas, series... Son parámetros a tener en cuenta.
El ejercicio con resistencias favorece la ganancia muscular, en definitiva te ayudará a ir equilibrando los porcentajes de los que partíamos en un principio "grasa & músculo". Y esto afecta tanto a chicos como chicas!! Normalmente entre las chicas existe miedo a coger volumen, pero nada más lejos de la realidad. El músculo ocupa cuatro veces menos que la grasa, así que lo que lograrás será reducir volumen y ganar en tonicidad.
No todo el mundo busca lo mismo, hay personas con bajo peso que necesitan ganar masa muscular. En ese caso el entrenamiento con cargas también será imprescindible, y se enfocará de manera diferente a aquel que busca adelgazar y perder volumen.
Busca equilibrio entre alimentación y entrenamiento, maneja unos tiempo razonables y sé constante. Si te encuentras algo perdido y quieres enfocar tu objetivo con ayuda profesional, te dejo mi contacto. Puedes solicitar información sobre el Plan FOOD, el Plan TRAINIG o ambos. >CONTACTAR<